sábado, 10 de mayo de 2008

CREACIÒN DE CIUDAD UNIVERSITARIA


La Ciudad Universitaria es un proyecto que desde mucho tiempo atrás estaba en la mente de los universitarios. Desde 1928 se hablaba ya de una Ciudad Universitaria en los recintos de la Escuela de Arquitectura, ya que Mauricio de María y Campos junto con Marcial Gutiérrez Camarena presentaron como tesis profesional para recibirse de arquitectos, un proyecto de ciudad universitaria. Esta propuesta estaba desarrollada en lo que hoy ocupan los hospitales de la zona de Huipulco, también al sur de la ciudad.
Es en 1943 cuando se decide que la Ciudad Universitaria, estaría en aquella zona de manto volcánico llamado “El Pedregal de San Ángel”, en los terrenos escogidos para tal propósito. El rector en ese entonces era Rodulfo Brito Foucher. La Universidad propuso al gobierno del estado que se promulgara una ley “sobre fundación y construcción de la Ciudad Universitaria”. Esta ley fue aprobada por el Congreso de la Unión el 31 de diciembre de 1945. El rector en ese entonces era Genaro Fernández McGregor.
La Escuela Nacional de Arquitectura llevó a cabo un concurso de ideas para la realización del plano de conjunto, entre los profesores: Mauricio M. Campos, Augusto H. Álvarez, Vladimir Kaspé, Alonso Mariscal, Augusto Pérez Palacios, Mario Pani, Marcial Gutiérrez Camarena, Javier García Lascuráin y Enrique del Moral. El jurado del concurso fueron los mismos participantes y se basó en las ideas generales del programa que definió la Comisión y que transmitió el Arq. Enrique del Moral quien era el director de la Escuela.
El jurado falló a favor de los trabajos que presentaron los arquitectos Mario Pani y Enrique del Moral por lo que, de acuerdo a lo convenido previamente en el concurso, se les encargó la dirección del desarrollo del plano de conjunto que presentó la escuela años más tarde. El arquitecto Mauricio M. Campos fue invitado a trabajar en la dirección del proyecto por el interés demostrado por él desde tiempo atrás, en la realización de Ciudad Universitaria.
Debido al entusiasmo de los profesores y alumnos de la Escuela por participar en el proyecto, se decidió que ésta no presentaría solamente un anteproyecto de conjunto, sino cada uno de los edificios que conformarían este plano de conjunto, se desarrollaría por separado en equipos. Para el anteproyecto de cada edificio se designó un equipo dirigido por uno o dos profesores y en los cuales se tomaban las ideas de los alumnos más adelantados, quienes trabajaban conjuntamente con alumnos menos avanzados quienes realizaban los dibujos.
Las ideas de los alumnos aventajados, fueron tan importantes que los directores del proyecto decidieron que el croquis de conjunto realizado por los alumnos Enrique Molinar, de 5° año, y Teodoro González de León y Armando Franco de 4° año, sirviera de base para el mismo.
El jurado compuesto por el presidente del Colegio Nacional de Arquitectos de México, arquitecto Federico Mariscal; por el presidente de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, arquitecto Guillermo Zárraga, y por el representante del rector, el arquitecto Enrique Yáñez, dictaminó a favor del proyecto presentado por la Escuela de Arquitectura. Los criterios que se tomaron para decidir al ganador, fue únicamente el proyecto de conjunto, como se había estipulado desde un principio.
En Junio de 1947, el rector Salvador Zubirán organizó la Comisión Técnica Directora, que sustituía a la Comisión que había estado funcionando hasta finales del régimen del Presidente Ávila Camacho. La Comisión que presidía el rector de la Universidad, la conformaban: El arquitecto José Villagrán García, como su representante ejecutivo; el licenciado Díaz Cánovas, como representante personal del Presidente de la República, el ingeniero Alberto J. Flores, director de la Escuela Nacional de Ingeniería, y el arquitecto Enrique del Moral, director de la Escuela Nacional de Arquitectura.
Esta nueva Comisión designó a los arquitectos Enrique del Moral, Mario Pani y Mauricio M. Campos como directores y coordinadores del Proyecto de Conjunto, otorgándoles asimismo, la facultad de designar a todos los arquitectos que se encargaran de los proyectos de las diversas facultades, escuelas e institutos y de los otros edificios que requiriera la Ciudad Universitaria. También realizó las gestiones para que las diversas dependencias de la Universidad designaran a los asesores y consultores encargados de formular los programas de necesidades de los edificios particulares.
El 10 de junio de 1948 se designó al nuevo rector, doctor Luis Garrido, y en 1949 se pudieron reanudar los trabajos de la Comisión. En vista de que el arquitecto Mauricio M. Campos falleciera en marzo de ese año, los arquitectos Enrique del Moral y Mario Pani fueron ratificados por las nuevas autoridades universitarias como directores del Proyecto del Plan Maestro y coordinadores de los proyectos particulares, quienes designaron a los arquitectos que se encargarían de estos proyectos; esta designación aceleró la conclusión de los programas relativos, para los cuales se habían nombrado, con anterioridad, asesores y consultores especiales.
Las obras, iniciadas en octubre de 1949, se desarrollaban desgraciadamente con gran lentitud, debido a la carencia de fondos suficientes, ya que sólo se disponía de los réditos de una inversión de cinco millones de pesos en Bonos del Banco Nacional Hipotecario, provenientes del patrimonio original con el que se había dotado a la Universidad. Conociendo la Universidad el vivo interés que tenía el Presidente de la República, Miguel Alemán, en la construcción de la Ciudad Universitaria y el poco tiempo que restaba para aprovechar esa buena voluntad, juzgó conveniente reorganizar el Patronato Universitario, nombrando como presidente del mismo al licenciado Carlos Novoa, entonces director del Banco de México, y como vocales al licenciado Eduardo Suárez y al contador David Thierry.
Los escasos recursos con que contaba la Universidad para la construcción de la Ciudad Universitaria rápidamente se agotaron; sin embargo, la acertada designación del licenciado Carlos Novoa como presidente del Patronato Universitario, dio oportunidad a que aprovechara, para beneficio de la Universidad, su importante posición financiera, así como su cercana relación con el presidente Alemán. Esto le permitió tomar las medidas adecuadas para lograr que el Gobierno Federal aportara las cantidades necesarias para la construcción de la Ciudad Universitaria.
A pesar de esto siguió bajo el control de la Universidad la realización total de las obras por medio del Patronato Universitario, que tiene a su cargo el manejo económico. El Patronato, en marzo de 1950, creó el organismo denominado Ciudad Universitaria de México, también presidido por el licenciado Carlos Novoa, y para cuya Gerencia General fue designado el arquitecto Carlos Lazo, que asumió la tarea de convertir en realidad los proyectos que se iban elaborando.
La actuación del arquitecto Lazo en la construcción del Campus central de la Ciudad Universitaria fue brillante. Rodeado de un magnífico grupo de colaboradores, supo crear una verdadera mística de superación y eficiencia entre todos los que intervinieron en las obras, arquitectos, ingenieros u obreros, de tal manera que éstas se realizaron con economía, orden y una desusada rapidez. Esto permitió que se terminaran en menos de tres años y que el 20 de noviembre de 1952 pudiera hacerse la "dedicación de la Ciudad Universitaria" en solemne ceremonia en la que el presidente Alemán, días antes de terminar su gobierno, pudo ver concluida una obra en la que había puesto gran interés y empeño.
Los proyectos se realizaban bajo la Dirección General del Proyecto de Conjunto a cargo, como ya se dijo, de los arquitectos Enrique del Moral y Mario Pani que, además de realizar el Plan Maestro, coordinaban los proyectos de los edificios que debían constituir la Ciudad Universitaria, elaborados por los equipos de arquitectos que habían sido designados para ese efecto.
En resumen, la Dirección del Proyecto de Conjunto, además de realizar el Plan Maestro, se encargaba del proyecto en detalle de los espacios libres entre los diversos edificios, coordinando los trabajos de los arquitectos encargados de proyectarlos hasta obtener el ajuste definitivo para lograr una correcta unidad y armonía del conjunto.
Para conseguir lo anterior, tuvo a su cargo la organización y dirección de múltiples seminarios entre los diferentes equipos de arquitectos, para llevar al cabo las labores señaladas. Los arquitectos encargados de formular los proyectos de edificios en particular, estudiaban los programas relativos elaborados por los asesores designados para el caso, realizaban el proyecto detallado y tenían a su cargo la Dirección y Supervisión Arquitectónica de la Obra.
El Proyecto de Conjunto se basó en los datos fundamentales determinados en el programa General que se había elaborado, así como en el terreno de características muy especiales.
Fue la creación de la unidad física, moral y pedagógica que permitiera una fácil comunicación de las diversas escuelas entre sí y por lo tanto, la convivencia de los estudiantes, profesores e investigadores. También la centralización de las enseñanzas básicas comunes a diversos planteles, para evitar la multiplicidad de locales y cátedras. Esta centralización daría a las escuelas un carácter más especializado, con mejor calidad en la enseñanza y sería, además, un factor importante de intercambio cultural y social entre los diversos alumnos.
Conveniencia de incluir un Museo de Arte (hoy MUCA) con un doble fin: didáctico, para el conocimiento del desarrollo de las artes en todos los tiempos, sobre todo en México, y dinámico, para la exhibición de muchas exposiciones temporales que se renovarían constantemente. Este museo sería, en el conjunto de Ciudad Universitaria, el elemento central para las actividades relativas y tendería además, a lograr la integración entre las diversas artes.
La zona escogida donde el terreno original se cubre con la capa de lava, dejando espacios irregulares bien definidos y permite la clasificación y ubicación de los grandes elementos de la composición arquitectónica, lo que no hubiera sido tan claro en un terreno plano.
Respondiendo al programa general, el proyecto se dividió en las siguientes grandes zonas fundamentales: Escolar, Habitaciones de Estudiantes, Práctica de Deportes, Estadio de Exhibición y Servicios Comunes, las cuales siguen organizando la vida dentro del Campus central de la Ciudad Universitaria. El 5 de junio de 1950 se colocó formalmente la primera piedra en el conjunto que sería la Torre de los Institutos de la Investigación Científica. La ceremonia fue presidida por el rector Luis Garrido y el secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines. El gerente de la construcción y la cabeza logística de la misma fue el arquitecto Carlos Lazo, sin él la empresa de construir Ciudad Universitaria –entre más de doscientos ingenieros y arquitectos-, hubiera sido casi imposible.
Con motivo de la ceremonia de la primera piedra, Carlos Lazo dirigió estas palabras:
“No estamos poniendo una primera piedra en el primer edificio de la Ciudad Universitaria; estamos poniendo una primera piedra en la fervorosa construcción de nuestro México […]”
La inauguración oficial de la Ciudad Universitaria sería el 20 de noviembre de 1952, aunque el inicio de las actividades en las escuelas fue hasta marzo de 1954. A poco más de cincuenta años de la creación del Campus, la Ciudad Universitaria sigue teniendo gran influencia en la vida política, intelectual y cultural con la que nació la Universidad de México.

REFERENCIAS
www.unam.mx/patrimonio/creacion.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

--amigo buen post--